Tenía la vagina como un gladiolo sombrío con sus pelos girando alrededor de sus labios como vibrando por mi presencia, aquella vez era una enorme noche oscura como su concha, al que yo pretendía entrar a perderme, y la muy pendeja repetía que era virgen a sus 16. Ja!. yo no me trago los cuentos y ya ves, putita!
Me dijo: deja de beber y hecha a tus amigos de tu cuarto y nos quedamos a follar, pero son dos copas la diferencia y la boté a patadas!, porque sin respeto no se llega a ningún lugar.
(y si no sabes que es gladiolo querido lector pequeño sarnoso hijo de la recontra puta de tu madre, averígualo en google)
miércoles, 30 de julio de 2008
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