martes, 5 de agosto de 2008

Inservible Maestro

Así y una vez caminaba por Ramiro Prialé cuando le encontré tirado cerca de la casa en construcción, mucho más cerca del basural. ¡Mease Juan Pablo!, le decía al sacudirlo. No tenía zapatos pero sí tenía un pedazo de vidrio incrustado en el pie. Su rostro manchado y golpeado contaba una historia. O robo, o pleito, o desequilibrio, o… alcohol. Definitivamente alcohol.

Aquí es un lugar agradable. Lejos del pito y de los ojos, cerca de bocas que representan una cañería viscosa y viciosa, sedienta, desecha. Aquí es donde el tiempo mira a otro lado y todo mana hacía un amanecer insignificante. Palabras que han sido libres y que, por eso mismo, son olvidadas. Paisaje sonoro, los “genios” de la botella.

¡Jala! ¡Jala!, oí que gritaban. Jalé y un haz de calor gélido penetró mis fosas nasales repartiendo entre mis neuronas, esperanza artificial. Voces y manos revoloteaban sobre mí. Te has caído, webón, vamos a la posta. Ya.Erguido. Erecto. Recto a la nada. Era conducido por extraños. Yo miraba el asfalto, mis zapatillas, algunas gotas de sangre. Estiraba la mano y obtenía cigarro. Calo del filtro y estoy esperando al médico en la posta. “¿Qué te ha pasado?” “Se ha caído, doctor” una voz que responde por mí. Voz de enfermera No te ponemos anestesia porque no sabemos cómo puedes reaccionar. La voz que responde por mí lo hace otra vez No se preocupe, con todo lo que se ha metido ja! Ja!. Doctor, sutura. Diez soles en caja, por favor.

Tío, gracias, te la debo. No pasa nada, no le cuentes a nadie nomás.

¡Profesor Juan Pablo! ¿Otra vez por Aquí?
Un taxi ardiendo bajo la exquisita luz solar. Cuello tieso y cuerpos dorados tras la ventanilla.

Aquí es una bolsa de veinte. Aquí es una botella vacía de agua mineral. Aquí es chancha, sencillo, propinas y propuestas. Todos dicen voy a hacerlo. Pero todos siguen haciéndolo aquí. “¿qué ganamos bebiendo tanto?-sólo más sed”


No hay comentarios: